Hay discos que uno prepara a conciencia y otros que te asaltan sin previo aviso. Esto último es lo que les ha pasado a Hombres G con La esquina de Rowland, una colección de canciones gestada de forma espontánea mientras la pandemia los mantenía lejos de los escenarios. Para no pensar demasiado en el encierro y la incertidumbre, David Summers se lanzó a la composición como vía de escape. Un buen día, compartió con sus compañeros lo que había estado haciendo, y Dani Mezquita, Rafa Gutiérrez y Javi Molina coincidieron con él en que ahí había un disco. Inesperado, pero bienvenido. Es como ese invitado imprevisto que se acaba convirtiendo en la mejor compañía de la noche. Cuatro músicos tocando relajadamente en tu habitación y un vocalista que canta, si cabe, con más intimidad y delicadeza que nunca. Su disco número trece, un trabajo cálido, luminoso y hogareño. Una preciosa colección de canciones que captan la belleza en mitad de la tormenta. La última versión de unos Hombres G más acogedores y necesarios que nunca.